En Puerto Rico gustan las películas de autos veloces y pistolas. Si le añades a la ecuación una robusta cohesión rítmica entre la música y la acción, de ahí nace “Baby Driver”.
“Baby Driver” nos invita a conocer a Baby (Ansel Elgort), un joven y talentoso conductor especializado en fugas, quien depende de tener el listado de canciones adecuado para ser el mejor en lo suyo. Tras conocer a Debora (Lily James), la chica de sus sueños, Baby busca una oportunidad para abandonar la vida criminal. Esto no será fácil, pues Doc (Kevin Spacey), el líder del grupo de ladrones lo amenaza con hacerle perder todo lo que él atesora.
Este filme del director Edgar Wright (“Shawn of the Dead”, “Hot Fuzz”, “Scott Pilgrim vs. the World”) es casi una obra maestra en la forma en que maneja la atención al detalle de forma meticulosa cuando se trata de integrar la banda sonora a la acción y la trama. De igual forma, los tiros de cámara y transiciones te hacen fluir liviano con la narrativa de la película. La cinematografía guarda una riqueza tonal agradable.
La idea de la película parece haber sido sacada de la canción “Baby Driver” de Simon y Garfunkel. “Nací en una mañana gris, con música llegando a mis oídos”, “Me llaman Baby Driver, y tan pronto tengo un par de ruedas, me voy a la calle y desaparezco”, son algunas de las letras de la canción, traducidas obviamente.
Las secuencias de acción son pura adrenalina. El suspenso está en su punto. La banda sonora es bastante ecléctica, pero te gustará si te gusta el rock, blues y funk. Los efectos están muy bien logrados, las conversaciones sobre música también son divertidas, y guarda su chispa de humor en pequeñas sutilezas y detalles.
Las actuaciones fueron buenas. El elenco lo completan: Jon Bernthal, Jon Hamm, Eiza González, Flea (bajista de los Red Hot Chili Peppers), Lanny Joon, y Jamie Foxx, entre otros.
No obstante, algo falta. Sales de la película satisfecho, porque viste una buena película, pero algo no estuvo presente como sentir que fuiste testigo de una obra maestra.
Wright no le tiene miedo a usar los clichés, a mostrar lo inexplicable solo por el romanticismo del trabajo de ficción. Sin embargo, esto le resta credibilidad a lo presentado.
El libreto también pudo haber estado mejor. El tercer acto parece pecar de esos sentimientos de “tengo esta buena propuesta más no sé cómo terminarla”. En particular, hay un giro dramático que preferí que no hubiese girado, pues desarticula en segundos gran parte del conflicto. En parte por eso “Baby Driver” se siente como una impresionante escultura a medio esculpir, y es que parece ser que gran parte del esfuerzo se invirtió en la sincronización musical, descuidando el guión.
En cuanto a los personajes, uno de ellos hace una breve participación, para ser sustituido poco después por otro personaje que parece sacado del mismo molde.
En conclusión, “Baby Driver” es una película emocionante y divertida que vale la pena verla en el cine, y como película de acción, satisface. Lo mejor que tiene es la integración de música con toda la acción y efectos de sonido. Me hubiese encantado que la hubiesen pulido más en las partes del libreto que lo necesitaban, pero como quiera me la disfruté.
Estudio: Sony
Director y guionista: Edgar Wright
Género: Acción/Crimen
Duración: 1:53
Clasificada: R
Calificación: 4.33/5