Enemigos violentos… check.
Escenas en cámara lenta… check.
Caminar frente a explosiones… check.
Un soundtrack de rock pesado para las secuencias de acción… check.
Un “badass” que se las sabe todas y que no muestra ni una onza de temor… check.
Ya estrenó en los cines “The Equalizer”, que bien podría describirse como una película de acción veinte años tarde, pues tiene todos los elementos de este género. ¿Pero realmente está tarde? Y es que “The Equalizer” es una adaptación de una serie de televisión de 1985, escrita por Michael Sloan y Richard Lindheim… ¿Ahora hace sentido, no?
Robert McCall (Denzel Washington) cree que ha dejado su misterioso pasado atrás, ahora que se dedica a iniciar una nueva vida tranquila. Pero esto cambia cuando conoce a Teri, una jovencita bajo el control de unos mafiosos rusos ultraviolentos. McCall no se puede quedar de brazos cruzados, tiene que ayudarla. Con destrezas que le permiten impartir venganza contra todo el que abuse de los indefensos, McCall sale de su retiro autoimpuesto para encontrarse con un renovado deseo de hacer justicia. Si alguien tiene un problema, y todo parece estar en su contra y no tienen a quién más acudir, McCall intervendrá.
“The Equalizer” cuenta con las actuación protagónica de Denzel Washington, junto a un elenco formado pro Chloe Grace Moretz, Marton Csokas, Melissa Leo, David Meunier y Bill Pullman, a quien no sé si es que hace tiempo no lo veía en la pantalla grande, pero me chocó un poco verlo como un anciano desmejorado que no parecía tener mucha idea de lo que pasaba.
Es chévere ver a Washington en el rol de un ciudadano justiciero que no titubea, y Moretz también hace un buen trabajo como una joven con grandes sueños pero condenada al mundo de la prostitución.
Lo más refrescante del filme es que McCall se valga del inventario de la tienda Home Mart en la que trabaja… un pseudo-Home Depot, para hacer justicia, como un “Home Alone” de contenido gráfico.
Aunque la cinematografía del filme es buena, creo que se les fue la mano con las excesivas escenas en cámara lenta y enfoques que realmente no aportan a la fluidez de algunas secuencias, al contrario, las hacen más lentas y más “over the top”.
El filme resulta predecible, pero aún así no deja de entretener. Eso sí, moderar las escenas de cámara lenta y un guión más sólido podría haber acortado la película un poco, y esto hubiese jugado a su favor.
Antoine Fuqua (“Training Day”, “Olympus Has Fallen”) dirigió el filme y Richard Wenk (“The Expendables 2”) estuvo a cargo del guión.
Clasificada: R.
Duración: 2:11
Calificación: 3/5.