Esta reseña es sobre Simone, la película dirigida por Betty Kaplan basada en la novela de Eduardo Lalo, no la S1m0ne de 2002.
En Simone, un escritor y profesor universitario (Esaí Morales), deprimido y solitario, comienza a aferrarse a la emoción en su vida, que llega en forma de papelitos con mensajes anónimos. El juego termina en seducción, y bueno, en todo lo que muestra el tráiler. Si no has visto el tráiler, te sugiero que no lo veas, pues es uno de los que prácticamente te cuenta el filme.
Lo que resulta un misterio para el escritor, no lo es para la audiencia. No he leído la novela para ver si sigue la misma estructura, pero en el filme, desde el inicio sabemos quién es la autora de los mensajes anónimos. Me hubiese gustado sentir la misma emoción del protagonista al seguir sus pistas, pero el filme nos priva de eso.
La película fue filmada en Puerto Rico, con actores en su mayoría puertorriqueños, hablando en inglés, con subtítulos en español, entre los cuales vi múltiples errores ortográficos. Es normal que haya algunos acentos más marcados que otros, pero no es algo que moleste ni afecte la claridad de las conversaciones.
Lo que sí se vio afectado en ocasiones fue la naturalidad de las conversaciones. En Simone, tenemos una mezcla marcada entre buenas actuaciones, y otras, que sencillamente no funcionaban. Kunjue Li, Esaí Morales, Aris Mejías, Bruno Irizarry y los demás actores asiáticos aportaron buenas actuaciones. De estos, Aris fue quien más natural lució en todo momento. No obstante, otras actuaciones, primordialmente en roles menores, resultaban robóticas y disruptivas con la credibilidad de lo que se quería mostrar.
La iluminación fue buena, al igual que la selección musical, y las locaciones usadas, como la Universidad de Puerto Puerto Rico, Recinto de Rio Piedras.
En la primera parte del filme, noté un par de tiros cuestionables de cámara, como un paneo que se accidenta al culminar, y una cámara en mano temblorosa que se pudo haber evitado con un trípode. Después de eso, lo demás funciona.
Simone es una película para adultos, ya que tiene varias escenas eróticas. En contraste con otras partes del filme, en éstas se siente la intención de buscar lo artístico en lo que podría caer sencillamente en contenido pornográfico.
En varias ocasiones usa animaciones 3D que dejan mucho que desear. Las mismas son de calidad de principiante, careciendo de peso y emoción la gran mayoría del tiempo. Creo que habría sido más acertado en este caso recurrir a animación 2D, que fuera más a la par con la sensibilidad emocional del filme. Esto sí me creó una desconexión total con el filme. Otra cosa que tampoco siento que funcionase, fue el intentar llamar por su nombre, a un personaje que no tiene nombre, un caso similar al “Protagonist” de Tenet (2020). Me resultó bastante ‘cringy‘, sobre todo en el contexto de gran carga emocional que debía tener en esa escena.
Más allá del romance, se tocan otros temas como los traumas, y el discrimen que sienten los escritores puertorriqueños en lugares como España, lo que parecía ser más un desahogo de Eduardo Lalo que algo que realmente necesitara ser parte del filme.
Simone no es una mala película, pero sus muchos desaciertos la empañan como cristal de carro en el Titanic.
Calificación: 2.5/5