Richard Wershe Jr. es el narcotraficante/informante del FBI más joven –14 años de edad– del cual se conoce en la historia del estado de Michigan. Este dato llama la atención, y más cuando se usa para impulsar un filme basado en hechos reales, pero eso es lo único que la producción “White Boy Rick” nos pudo ofrecer: la premisa.
Empecemos por lo bueno que nos puede brinda el filme. Cuenta con un buen elenco actoral, compuesto principalmente por Matthew McConaughey, Richie Merritt y Bel Powley. Los tres hicieron un excelente trabajo para mostrarnos los obstáculos oscuros que enfrenta esta familia, comenzando por un padre que vende armas ilegales para el sustento de ellos. Por otro lado, vi una fotografía excelente cuyo ‘look’ te adentra en las calles deprimentes del barrio en donde se crió el joven traficante.
Ahora bien, pienso que la trama fue demasiado lineal y nunca llega a un punto tan dramático como para esperar algo más en el desenlace. Hay un problema con las historias de narcotraficantes y es que ya sabemos las consecuencias para estas personas en el bajo mundo, que son terminar en la cárcel o muerto. Así que no la consideraría una película sorprendente en términos de historia, más allá de que un menor logró ser uno de los ‘kingpins’ más grandes de Michigan. Claro, es una historia con fundamentos históricos y sorprende saber lo que hizo este joven, pero la película se basa más en los efectos de la calle en la familia, que en las hazañas que hizo Rick. Esto podría ser un tropiezo para tus expectativas sobre la película.
Si ponemos a “White Boy Rick” en una escala de 5, le daría un 3.5. Es un drama que no te sorprenderá, pero tampoco te decepcionará verla.